PANDEMIA :
DEPRESION ECONOMICA
Y VALOR RAZONABLE DE LAS NIIF
EDILBERTO DIAZ GAITAN
Sin lugar a dudas la actual pandemia global del “Coronavirus 19” constituye el máximo problema que ha enfrentado la humanidad globalmente en toda su historia no sólo desde el punto de vista sanitario, sino también desde los puntos de vista económico y social. Las dos guerras mundiales no afectaron varios países o regiones; igual ocurrió con otras guerras o confrontaciones militares anteriores, con las pandemias o pestes de la edad media, de los siglos XVIII, XIX y XX. Muy por el contrario, la actual pandemia originada en el llamado “Coronavirus 19” ha afectado prácticamente a la casi totalidad de países del planeta, con excepciones en regiones polares, o de reducida densidad poblacional.
La carencia actual de fármacos adecuados y de vacunas apropiadas para enfrentar la diversidad de cepas del actual virus, ha originado elevadísimas tasas de morbilidad hospitalaria y de mortalidad en Países Asiáticos, Africanos, de Europa Oriental y Occidental, y ya en el mismo Continente Americano, desde Canadá hasta la Argentina, Chile, Brasil. A la fecha del presente escrito, nuestro país, Colombia, todavía presenta indicadores de morbilidad y mortalidad manejables frente al endeble sistema y estructura de su sector salud, regulado principalmente por la Ley 100 de 1993.
Manteniendo la máxima imparcialidad y objetividad, consideramos que la economía colombiana presenta ya toda la sintomatología de encontrarse en el ciclo económico de depresión, de baja producción, bajos y nulos salarios, muy reducida inversión, elevadísimo endeudamiento, – interno – externo – privado – público – , bajos niveles de ahorro, una situación deficitaria en su balanza comercial, en su balanza de pagos, una reducción en la calificación por parte de las calificadoras internacionales, el replanteamiento ya muy sugerido de aliviar las condiciones de la denominada “regla fiscal”, una baja inversión productiva del gasto público, una afectación muy grave en las finanzas públicas, originada en la reducción en el precio promedio internacional del petróleo brent, y obviamente la elevación todavía no calculada por el DANE de altas tasas de desempleo y subempleo, bajas tasas de ocupación y la reducción en los ingresos ordinarios del sector público tanto en el orden nacional como territorial como consecuencia de la baja actividad económica producto del confinamiento y aislamiento social y económico implantado por el gobierno nacional y por decisiones extralimitadas de gobernadores y alcaldes. Todo ello, no es simplemente una recesión económica, sino manifestación clara de indicadores de lo que en la economía política del crecimiento económico se conoce como “ciclo depresivo de la economía”, acompañado muy posiblemente de un proceso inflacionario, que afectará primordialmente sectores poblacionales de ingresos medios y bajos.
Ya el daño, el costo económico de las políticas de aislamiento y confinamiento está causado. Se actuó por los gobernantes de manera irracional al plantear la solución ante el grave problema de salubridad, como un dilema simple de salud o economía. El agente racional, con unos recursos dados (escasos), nunca escoge una sóla de las alternativas; siempre reparte sus recursos, sus presupuestos, tomando distintas alternativas que combinan y escogen proporciones distintas entre las dos alternativas. Piénsese en el mapa de las curvas de indiferencias en la teoría del consumidor, ó en el mapa de curvas de isocuantas en la teoría del productor. Gobernantes políticos que desconocen el costo macroeconómico y social promedio anual incurrido ya sea para generar un nuevo empleo en nuestra economía, o para recuperar uno sólo de los desempleos generados con las políticas de aislamiento y de confinamiento adoptadas. Muy posiblemente, desconocen esos políticos la fórmula de cálculo de dicho costo. Así, a corto, mediano y largo plazo, tendremos dos pandemias simultáneas muy graves: La económica y la de salud.
Global y localmente, dado el impacto que la pandemia del coronavirus 19 tendrá sobre la economía, sobreviene ya para el mismo año 2020, el problema de la deflación económica sobre la mayoría de sectores y actividades de la economía, afectando la revelación de los estados financieros de los diversos agentes económicos. Debe recordarse que las NIIF tienen su origen en el objetivo central que los estados financieros de los entes económicos revelaran información real de respuesta en caso de disolución o liquidación de dichos entes económicos. Pués bien, la implantación de las NIIF deben así responder ante la situación planteada por la actual pandemia, si con la repetida fórmula de reconocimiento, medición y valoración de los activos y pasivos de los entes económicos, bajo el esquema del “Valor Razonable” van a poder o no responder ante el mismo Estado, sus acredores, sus proveedores, sus accionistas, sus factores de producción. Para citar apenas ejemplos sencillos, a menos de dos meses, ya los entes económicos no cuentan con la suficiente liquidez para hacer frente a las obligaciones de nómina, tributarias, crediticias y financieras, preguntándonos entonces donde quedó la valoración razonable manifestado en los estados financieros, en partidas como las de reservas legales y ocasionales, provisiones financieras de toda índole, permisividad en las cuentas de orden tanto activas como pasivas. Adicionalmente, la actual afectación económica global y local, producirá una necesaria deflación sobre el valor razonable de las partidas activas (efectivo o sus disponibles, cuentas por cobrar, propiedades, planta y equipos), nuevas fórmulas de cálculo de partidas pasivas,en los estados financieros de los entes económicos. Ojalá no sobrevengan numerosos procesos de insolvencia por parte de personas naturales no comerciantes o comerciantes, sociedades comerciales, etc.
Y a lo anterior, se deberá adicionalmente valorar el impacto del irracional “impuesto diferido” contemplado por las NIIF, sobre estados financieros en una economía en depresión, con supuestos valores razonables alejados ahora de toda realidad, en el actual contexto originado por la pandemia sanitaria del Covid 19.
Con ésta edición virtual No. 404, continuamos con la presentación estructural del material fuente de nuestra conferencia realizada en la sede de Uniandinos el pasado mes de febrero, sobre la Reforma Tributaria aprobada mediante la Ley 2010 de 2019. Tan pronto, cese ojalá la emergencia sanitaria originada por el coronavirus, reiniciaremos a nuestros suscriptores el envío en forma física en papel, nuestras ediciones de la Revista Manual del Contador.
Seguimos Deseando a nuestros suscriptores y a sus familias, salud y bienestar, frente a la actual pandemia sanitaria mundial.
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